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jueves, 8 de octubre de 2009

La Paradoja de la Lengua

El Animal humano y su lenguaje

Especial para Diario21/Rubén A. Spaggiari.- Colocado (200-42-74-202.wll.prima.net.ar) Fecha: Lunes, 13 Septiembre 2004, at 9:31 p.m.

El lenguaje siempre ha sido interactivo y se halla aún hoy en constante proceso de cambio. El medio provee al hombre un ecosistema que lo contiene interactuando con él, haciendo propias expresiones que identifican las partes o él todo de su nicho ecológico y social.
El hombre es, entre las especies, la que más se identifica, por ahora, con un lenguaje articulado, comprensible, concreto o simbólico, según las circunstancias. Puede, a través de él, expresar pensamientos o ideas abstractas o concretas que le permiten interactuar con sus congéneres en su nicho social con fluidez y efectividad.
Fueron las expresiones verbales, allá por la noche de los tiempos, las primeras manifestaciones que le permitieron ampliar su horizonte, intelectual y sus experiencias vivenciales en comunidad, señoreándose sobre esas nuevas potestades.
Fue, así lo intuye hoy la ciencia de los hombres, en lo que hoy es Oriente Medio que la ciencia reconoce el nacimiento del alfabeto, la escritura Sumeria parece haber sido la cuna del mayor artilugio hallado por el hombre para, graficar, transmitir, y registrar para su tiempo y la posteridad la actividad de su época. Cuneiforme, Jeroglífica, Aramea, Demótica, Copta, Cirílica, como así también el moderno Esperanto, fueron algunos de aquellos "sistemas" elaborados por el hombre para expresar, en los más variados soportes, sus experiencias y realizaciones artísticas y comerciales.
Cerámica, arcilla, piedra caliza, hojas de papiro y finalmente papel, fueron algunos elementos utilizados para plasmar la capacidad humana de comunicarse.
Grande fue el hallazgo y evolución de ésta técnica que contribuyó, junto con la lengua hablada, como ninguna a la confusión generalizada de un mundo disperso, políglota e incomprensible. Los primeros escribas y los relatores bíblicos ya hacen referencia a este pandemónium en el que se había convertido la comunicación entre los hombres, referencias concretas hacen de la "Torre de Babel" el símbolo de la dispersión lingüística del mundo antiguo.
El uso y abuso del lenguaje con sus particularidades regionales, los vulgarismos y modismos, propios de los centros urbanos, de los bulliciosos puertos comerciales, donde los esclavos traídos de remotas regiones, fueron moneda de cambio, hacia que el lenguaje hablado se tornara incomprensible de una región a otra, de una ciudad a otra.
Aquellas variaciones del lenguaje que hoy estudiamos bajo las bases de la Gramática o la Lingüística conocidos como vulgarismos, regionalismos, lenguaje del delito, lunfardo, Argot, etc. imprimen en el lenguaje características propias que con el correr del tiempo y su permanente uso popular dan una impronta propia, intransferible que puede llegar a hacerse incomprensible para quienes se hallan fuera de ese ecosistema social. Existe y existió, hoy lo sabemos, un sincretismo lingüístico que modifica la lengua madre de una cultura dada. Esto en la antigüedad se producía por varias razones: invasiones armadas que introducían violentamente ritos, costumbres cotidianas, ideas, estrategias, armamentos e individuos que penetraban con sus nombres y lengua de origen.
Esto alteraba las manifestaciones y convivencia dentro de ese nicho cultural. Un pueblo podía recibir sistemas de alimentación, formas de preparación, nuevos condimentos e ingredientes; en lo artístico, la música, la plástica y las representaciones escénicas de la más variada índole, daban nuevos contenidos al lenguaje reinterpretando en nuevas formas expresivas las incorporaciones que, sutilmente modificaban el lenguaje, por lo general sin que el hablante lo percibiera de inmediato.
El comercio de la antigüedad contribuyó grandemente a esta confusión generalizada al expandir sus fronteras por todos los mares del mundo convirtiendo los puertos en una puerta de ingreso y egreso de nuevas expresiones habladas.
Ya sea como un modo propio de sus transacciones y vida comercial, ya, como dijera anteriormente, por la introducción de esclavos que desde remotas regiones ingresaban como moneda de cambio en los países visitados, llevando consigo sus propias culturas y por lógica su lengua.
Por otra parte el comercio de esclavos, que predominó en todo el mundo bien entrado el siglo XVIII, no fue ajeno a las "nuevas tierras de América" siendo un factor importantísimo de intercambio violento entre culturas. La humanidad presente nos ha legado un camino de logros maravillosos, oscurecidos por actos de barbarie propios de la condición humana. Lo anacrónico o quizás ilógico es que, ambas manifestaciones, las maravillosas y las bárbaras, hayan contribuido a la grandeza de la lengua y por ende de la cultura de los pueblos, cuando éstos pudieron sobrevivir.
La paradoja de la lengua es que haciendo caso omiso de esto se enriquece, aún cuando existen quienes alegan que éstas intromisiones le hacen daño a la cultura invadida, siendo esto muy cierto a corto plazo, sin embargo la resultante será un enriquecimiento de la lengua madre.
Hoy las invasiones no son violentas pero no dejan de ser altamente agresivas y actúan de la misma forma, quizás con mecanismos más sutiles y convincentes, como la publicidad, radial, gráfica y televisiva, en general los medios de comunicación y en particular la TV y más recientemente la red de redes conocida como Internet. Todos estos mecanismos, como en las invasiones antiguas van creando los mismos efectos perniciosos a corto plazo, socavando las identidades nacionales y los acervos de los pueblos más débiles y vulnerables.
Cuando trabajamos con el lenguaje y sus formas expresivas, sus usos y costumbres, sus aplicaciones y modificaciones podemos dar a conocer el origen de las palabras, su matriz, la etnografía y antropología del pueblo y la cultura generadora es posible cuestionar los procesos de cambio social y cultural que ocasionan y establecer paradigmas.
En cambio cuando lo hacemos desde la lingüística, desde las estructuras gramaticales puras, es posible prescindir de estos factores, no ignorarlos ni desecharlos, como una forma de preservar el verdadero sentido renovador de las formas del lenguaje, su evolución.
Por todo esto nuestra cultura a revalorizado el proceso que conlleva ésta moderna transculturación, precursora de la globalización económica, que se produjera luego de finalizada la guerra fría, la caída del muro de Berlín y la cortina de hierro con la "Perestroika" de Mijail Gorbachev.
Fue a través de las comunicaciones que el lenguaje de los pueblos había ya propiciado la globalización, ésta ya había comenzado y con el advenimiento de herramientas como Internet, la telefonía móvil y los nuevos adelantos del ciberespacio para transmitir textos e imágenes, la transculturación comenzó a manifestarse más rápidamente.
Desconocer la ingerencia que estos sistemas han tenido y tendrán en la nueva forma del lenguaje en el mundo sería atentar contra nuestra propia capacidad de evolución o adaptación al mundo por venir.
Hoy el deber de quienes vivimos ésta realidad e interactuamos con ella debemos rescatar estas manifestaciones populares, mitos, leyendas, costumbres y usos cotidianos, propios o incorporados a nuestra lengua local y darlos a conocer para aportar y rendir un justo homenaje al aporte que hacen a nuestra cultura. En este sentido o con éste objetivo el autor se encuentra desarrollando la ardua tarea de elaborar un diccionario comentado del habla popular en el cono sur, en particular las áreas Rioplatenses, sin descuidar su uso en América Latina o el aporte que cada región tubo sobre la región del Plata.

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