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jueves, 2 de junio de 2011

La tan ansiada “Libertad de prensa”

La SIP atacó al gobierno y éste respondió siendo el propio presidente Néstor Kirchner quién replicó con dureza las expresiones del vocero de la organización de prensa.
La SIP a su vez volvió a expresarse sobre la libertad en Argentina siendo acompañada en sus críticas por distintas organizaciones de prensa como la Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina, ADEPA.
Especial para FPS/D21 por Rubén A. Spaggiari.- (De archivo)

Los frecuentes enfrentamientos que el ejecutivo nacional tiene con quienes miran críticamente el desarrollo de sus políticas internas nos han descolocado, desorientado, y hasta podríamos decir asombrado.
Es que los Argentinos estábamos acostumbrados a obedecer en silencio y seguir cada acción de gobierno como meros espectadores de una situación que finalmente terminábamos sufriendo directamente.
Recordemos Argentinos, con esa frágil “memoria” de la que padecemos, que en las últimas décadas todos nos mintieron, votados y defacto, y cada uno de ellos nos usó, ocultando sus acciones fraudulentas.
Hasta sufrimos uno, elegido no sólo una sino dos veces, que no sólo mintió sino que reconoció haberlo hecho, “Si yo hubiera dicho la verdad nadie me hubiera votado” ¿Se acuerda de estas palabras?
¿Cuál es el motivo de que ahora nos rasguemos las vestiduras por tener un presidente, que nosotros elegimos, que en su campaña dijo que cada vez que alguien obstaculizara la gobernabilidad o sus acciones nos lo haría saber?
Nos corresponde a nosotros abrir los ojos y estar alertas ante los voceros de la libertad que salen a defender su “propia libertad”.
Una libertad que sólo beneficia a unos pocos “afortunados” por la mano de aquellos que nos mintieron y a quienes muchos de estos “críticos respaldaron” sino abiertamente sí con un silencio cómplice.
Me recuerda la gran hipocresía nacional de los primeros cacerolazos, no los genuinos surgidos en las barriadas de Buenos Aires, aquellos que efectivizaron, con razón, los ahorristas estafados por los bancos.
Yo me preguntaba entonces donde tenían guardadas las cacerolas esas señoras cuando se morían y mueren los chicos por desnutrición o mendigan en la calle a la vista de todo el mundo.
Hoy me pregunto dónde estaba y está la SIP y ADEPA ante la genuina limitación a la libertad de prensa que significa todo lo que se relaciona con Papel Prensa.
Sería muy largo de describir en esta nota los pormenores de esta enorme estafa al patrimonio de los argentinos tanto en valores monetarios como éticos ya que mediante el papel prensa se cercenó abiertamente, descaradamente la libertad de expresión genuina de los medios regionales o zonales que quedaron cautivos de quienes tenían el control sobre el papel periódico.
Claro ésta fue la única forma que tuvieron para sobrevivir y luego se acomodaron a las nuevas reglas de juego, otros no tuvieron tanta “suerte”.
Quiero aclarar que esta posición no es mi respuesta a la controversia que las organizaciones empresariales de la prensa tienen hoy con el ejecutivo nacional, por el contrario siendo miembro de ADEPA por algún tiempo, mientras pude pagar la cuota y mantuve Diario21 en su versión gráfica, critiqué en los mismos términos el accionar publico de la institución y de su comisión de libertad de prensa, que dirigía Guillermo Ignacio, ECOS diario, Necochea.
No nos engañemos ni que nos engañen, ¿Cómo, ahora que se está consolidando una aproximación a la identidad Latinoamericana surgen quienes se espantan de gobernantes como Fidel Castro, Húgo Chávez?
Yo no me animaba a comparar a otros dos mandatarios del Cono Sur, Néstor Kirchner y Lula Da Silva de Brasil con los lideres caribeños, ya que ellos representan, en el caso de Castro cincuenta años de resistencia a las políticas nefastas que Estados unidos quiere aplicar para el sur del Río Bravo.
Chávez, por su parte es, hoy por hoy, el líder indiscutido de una nueva visión latinoamericana que se enfrenta abiertamente con el poder del norte.
Los dos mandatarios de Sudamérica en cambio tienen otro carisma, otras actitudes, no tan tajantes con el poder político y económico que nos controla subrepticiamente desde hace años, pero juntos ya representan un problema en la región para las apetencias de poder de Norteamérica.
Los grandes medios siempre se acomodaron para recibir el mayor reparto en la división de la torta publicitaria estatal y los medios más pequeños debían mendigar las migajas mientras sus protestas jamás fueron escuchadas.
Hasta se las arreglaron para que un gobierno nefasto y corrupto les acomodara una Ley a la medida de sus intereses y así poder convertirse en “Multimedios” o “Grupo de Medios” comprando cuanto medio pudieran, monopolizando así la información y formación mediática que usted recibe.
Es por ello que tenemos la televisión en Argentina en tres grandes grupos que a su vez reúnen diarios y radios en un paquete mediático que la mayoría de las veces nos entrega material deplorable.
Porque la SIP o ADEPA entre otras no critica esto.
Justamente porque la mayoría de las entidades son empresariales o están dirigidas por empresarios de esos medios, y los otros somos simplemente miembros de número, que acatan o se van.
¿Que esta sucediendo con el Sr. Julio Bárbaro en el Comité Federal de Radiodifusión, CONFER? Simplemente cometió el error de querer modificar aquello que, usted y yo criticamos todos los días, la publicidad en las emisiones televisivas por cable.
Antes de que estas se convirtieran en un casi monopolio existían cientos de emisoras en el gran Buenos Aires, Capital y en el interior del país que cobraban su cuota al abonado y a su pago entregaban una publicación donde, además de la programación se le brindaba al abonado un valor agregado, y pasaban publicidad controlada. La mayoría institucional.
El cable es un servicio pago que por serlo no debe emitir publicidad, ni siquiera institucional, durante la emisión de la programación. Hoy sabemos como nos agobia la publicidad comercial e institucional sin respeto alguno por el abonado.
Nos redujeron los servicios (la publicación no la entregan) la publicidad supera con creces los tiempos de programación emitida, alegan que de no hacerlo se verían obligados aumentar las tarifas para el abonado.
Que pasaría si haciendo un boicot renegáramos todos del cable, ¿Porqué no lo hacemos si esto nos molesta? Simplemente porque estamos esperando que el Presidente llame al boicot para tener así a quién echarle la culpa.
Julio Bárbaro tiene razón y la ARTVC comete varios olvidos, indudablemente voluntarios, y errores en su solicitada en contra el interventor de ese organismo.
En fin, creo que esto no da para más, “... no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni sordo que aquel que no quiere oír.”

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