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jueves, 12 de abril de 2012

Provocación desembozada

Las Islas Malvinas son Argentinas no porque es un deseo del pueblo argentino sino porque físicamente, geográficamente pertenecen al bloque continental Argentino, se encuentra dentro de su mar continental, porque los documentos y la historia misma, así lo demuestra.


     Que en 1833 estos hechos se hayan dejado de lado para imponerles sobre la marcha la usurpación de su territorio por la fuerza ante la reducida o casi inexistente población de entonces, como acostumbraban a realizar los piratas que asolaban los mares del sur contra las desprevenidas poblaciones insulares desprovistas de todo material bélico para repeler un ataque armado.
Aducir ahora que se deben respetar los derechos de los pobladores es ni más ni menos que paradójico toda vez que dichos pobladores son herederos usurpadores de tierras que no les son propias como pasó en el siglo XV con todas las tierras del continente.
Las recientes declaraciones del Ministro de la defensa Británico William Hague desnudan las aviesas intenciones belicistas de Inglaterra quién, aduciendo la defensa de la libre determinación de los pobladores malvinenses, mantiene una acción beligerante en la región.
Además, y como el mismo portavoz del gobierno inglés expuso, Argentina no constituye ninguna amenaza bélica ya que no ha comprado un solo jet de combate desde la guerra y continúan volando aviones de hace 30 años.
Ante estas palabras podríamos responderle que no compramos nuevos aviones porque los actuales gobernantes priorizaron el bienestar de la población por sobre el armamentismo.
Por otra parte si con esos aviones, ya viejos entonces, contra los modernos que Inglaterra utilizó en la guerra, demostramos lo que vale nuestra Fuerza Aérea, que ustedes mismos han reconocido, ¿Para qué comprar nuevos?
No se confunda Dn. Haguen Argentina no quiere la confrontación armada, no es por temor ni cobardía, eso fue el producto de la estupidez y la locura de algunos militares Argentinos que creyeron que con las armas todo se puede; ¡Casi lo logran!
Como a ustedes les consta y lo han reconocido en varios trabajos realizados por militares Ingleses serios, que los hay y muy buenos. Por supuesto que ese mérito no se debió a capacidad militar sino a pura lógica y logística.
Nunca estuvimos de acuerdo con ellos y con sus actos, el pueblo respondió a esa convocatoria por ser una cuestión de “soberanía”.
Tal como el pueblo Inglés lo hace para defender lo indefendible.
Nosotros no estamos en contra de Inglaterra ni del pueblo Ingles, que atesora tanta historia y cultura, sí estamos en contra de que sus gobernantes.
Llámese parlamento, Cámara de los loores o sus monarcas, que ellos sigan practicando el colonialismo y en esa aventura se lleven la vida de miles de argentinos e ingleses.
Sabemos que ustedes los políticos les hicieron creer al mundo y al pueblo inglés, por boca de un primer ministro, que no tienen amigos sino intereses, bien sin embargo han demostrado en su comportamiento pos Malvinas que no es así.
Lo demostraron con heridos y prisioneros en el sitio de contienda; luego con posterioridad en el justo análisis de las acciones bélicas.
Esto nos hace pensar que no todo el pueblo Inglés hace propio el colonialismo ni las acciones bélicas, sino que responde, como lo hicimos nosotros, al llamado de sus gobernantes ante cuestiones de “soberanía”.
Argentina sólo quiere que se respeten sus derechos naturales y legales sobre las islas.
Estimo que se encuentra en el ánimo de nuestros gobernantes actuales respetar los derechos de los ciudadanos argentinos, que viven en las islas con ciudadanía extranjera, quienes serán reconocidos, salvo aquellos que pretendan continuar con la nacionalidad inglesa, para lo cual se deberá otorgar un permiso de residencia, según el código internacional vigente.
Argentina no desea un enfrentamiento armado, pero está visto que litigará en todos los frentes legales que impidan la explotación de los recursos naturales de las islas, nuestros recursos.
En última instancia si ustedes continúan en esta posición beligerante están mostrando ante el mundo su vocación belicista y confrontativa que, como último recurso, el pueblo argentino no rehuirá, porque no podrá, se verá obligado a ello.

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