¿Qué
está haciendo el presidente Trump?
El
comportamiento de Donald Trump no obedece
a la línea de comportamiento, que cabría esperarse, de un presidente
norteamericano alineado. Alineado con
quién o con qué, se preguntará usted, pues todos los presidentes estuvieron
alineados con la elite financiera que controla EE.UU y el mundo y esto no es
nuevo, todo el mundo lo sabe y la sociedad global ha sido reiteradamente
informada sobre esto; aun cuando saberlo significa muy poco, en acciones
conducentes.
Ya
durante su campaña Trump se mostro como un rebelde inconformista que se ponía
de cabezas con aquello que le molestaba.
Nadie
podrá decir que no sabe lo que hace o que actúa a lo loco; por el contrario
esos arranques intespectivos de humor, ante cuestiones comunes parecen ser
posturas que esgrime según el interlocutor de turno; posturas que en su vida
empresarial y en el pasado lo ha convertido en lo que es.
Puede
gustar o no, pero a quienes seguro no les gusta es a quienes se consideran los
dueños del poder y no quieren un rebelde iracundo en los controles de EEUU.
No
creo que las acciones de Donald Trump sean producto de su locura, por el
contrario creo que las acciones de Trump son pensadas para mantener un imperio que
se desmorona; en el comienzo de su decadencia.
La
Unión Europea deberá ponerse firme y responder al imperio sin titubear y
proceder a ejercer las acciones inmediatas comerciales y financieras que estime
necesarias en las relaciones bilaterales.
Deberá
actuar así, y con premura, porque sabe que si EEUU. Decide accionar más allá,
de sanciones comerciales o arancelarias, y continuar con acciones bélicas;
estas acciones serán llevadas a cabo en territorio europeo.
El engaño y la
mentira, esgrimida durante todo el siglo XX, acuñada después del primer lustro
del siglo, e implementada después de la terminación de la guerra, han llegado a
su fin; como la supremacía del Imperio. (“La Gran Farsa”) Sin
cargo en PDF:
La
era tecnológica o de las comunicaciones
trajo aparejado el destrabe de la información a la sociedad global; sin
este freno y control que el poder ha ejercido desde siempre y para nuestra
generación, desde principios del siglo XX.
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