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lunes, 22 de febrero de 2016

¿Existen las conspiraciones?

Pensamiento y Razón


Hace poco escribí una nota que titulaba: “La verdad nos hará libres”  En este mundo… No siempre. Continuando con el tema de la verdad que se nos otorga y niega como sociedad, escribí las siguientes líneas.
La reunión de dos o más personas es una “conspiración” para alguien que no participa de ella; el tenor, objetivo o virulencia de esa asociación dependerá del grado de compromiso e intencionalidad de los/las allí reunidos/as.


Verdades negadas, mentiras atesoradas como hechos ciertos, desinformación tendenciosa, ocultamiento planificado de aquellas verdades molestas o incómodas, es la base de las conspiraciones más destacadas, que el truculento siglo XX nos ha regalado.
Sí, la desinformación está en manos del “Poder” que controla los hilos de quienes gobiernan o administran, este enmarañado sistema; esta frase, en sí misma, parece ser una declaración conspirativa.


Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importará quién la gobierne. 

Mayer Amschel Rothschild.


El “Poder” como se lo define, no es una institución con personería o colegiada que podamos hallar en las “Páginas amarillas” tipificado de esta manera la suma de poderes individuales y colectivos de “Individuos o Familias” que desde siempre han digitado los destinos de la humanidad.
La llamada Realeza del mundo, por tradición, historia comprobada y demostrada  intentó por todos los medios  mantener o preservar su particular “Estilo de Vida” que final mente llevó a la Revolución Francesa.
La opresión, el totalitarismo o el absolutismo que intenta mantener modos de vida para muy pocos, en desmedro de la mayoría de la sociedad, llevo a la reacción popular y a las grandes revoluciones.
Las pudientes familias ricas del mundo tanto Occidental como Oriental entre las que se encuentran viejos y modernos apellidos cargados de dinero y tradición que de ninguna manera dejaran sus “Estilos de vida y privilegios” sin dar pelea.
Ellos, quienes se consideran a sí mismos, “Dueños del mundo”, no dejarán en manos de sus gerentes, administradores, los políticos, el destino de sus bienes.
Tienen el poder suficiente como para desestabilizar un país, ejercer el poder requerido en los asuntos internos para tomar el control y llevar al país o la región hacia el lineamiento de sus intereses.
Utilizan todo tipo de resortes y estratagemas dispuestas en organizaciones de los “Estados Dominantes” o hegemónicos del Orbe, manipulando organizaciones públicas o privadas, que acomodan a su antojo e intereses.
Este poder, está motorizado por la fuerza más poderosa que poseen, el dinero; compran conciencias, voluntades, dominan a la perfección, la ambición, la corrupción, allí donde sea necesario.
Así se proveen de una gran cantidad de entidades y agentes involucrados; operaciones que a veces resultan expuestas, por algún error operacional o una acción indebidamente controlada que se les escapó de cálculo, “Perdidas colaterales” con poca o nula repercusión.
Esto ocurrió cuando por pura casualidad fue fotografiado por científicos Norteamericanos quienes los denunciaron a los medios de información en la selva oriental de Bolivia El coronel Oliver North, quién regentaba varias “Cocinas” de “Blanca” (Laboratorios de producción de cocaína) para financiar a los “Contra”.
Los insurgentes mercenarios actuando, fuera de la mirada del pueblo norteamericano, para lo cual el patriótico Coronel North a las ordenes del Congreso de los EEUU. Fraguó una operación triangulada de venta de armas con IRÁN.
Esta operación clandestina, como se demostró posteriormente, autorizado, por El departamento de Estado Norteamericano sería destinada a pagar la fuerza desestabilizadora contra la Revolución Nicaragüense, injerencia directa en la determinación del pueblo de Nicaragua.
La “Desinformación” que los medios corporativos entregan  licuada y diluida de tal manera que se adecue a sus intereses y el de las Naciones, muchas veces involucradas, o las maleables declaraciones de la ONU.
Una de las familias líderes en este esquema de poder es la familia Roschild o como se la conoce  “La casa Roschil” de origen judío-Alemán, nombre que surgió de la existencia, en la primer casa en Frankfurt, Alemania conocida por ostentar en su fachada un escudo o “Blasón” rojo que los identificaba. (Escudo con la expresión gráfica del nombre)
Esta familia con raíces muy profundas en el judaísmo europeo se dice que fueron los financistas o banqueros de emprendimientos de monarcas de los países europeos; a  su vez a través de acciones especulativas ejercieron un gran poder sobre la Francia napoleónica.
Algunos aseguran que la casa fue fundada por un judío-Alemán, Amschel Mayer,  que tomo el nombre del blasón que se mostraba en el frente de la casa donde vivía, como ya expliqué.
Otros aseguran que fueron los Roschil de Francia, (En sus orígenes fueron parte de las huestes esquenazi de Europa) quienes en el siglo XV otorgaron a los REYES DE Castilla y Aragón, por medio del Duque de Medina, que actuó de intermediario, el dinero requerido para la campaña Colombina.
Existe infinidad de material que se inscribe en este tema de las “conspiraciones”; que no son otra cosa que el accionar de los integrantes de la cúpula de la pirámide para acallar las voces disonantes en este concierto de dominación encubierto.
La información sobre estos poderes públicos que se conocen públicamente y por su extenso poder actúa en forma encubierta y tan alejada de nuestro hacer cotidiano, que sus acciones y negociados pasan desapercibidas, hasta que hacen explosión en nuestras vidas.
Este accionar, que nos parece tan extraño, lejano, inaccesible, fantasioso y poco creíble, tal como nos lo presentan los medios de estos grupos de poder, es ajeno a la base de la pirámide poblacional; nosotros la famosa y manejable “Opinión Pública”,  “Las Masas”, la sociedad de “Gobernados” que sólo pretendemos “Vivir”.
El problema comienza cuando los Gobernantes se exceden y los gobernados no quieren ser “Controlados como marionetas” comienzan a cuestionarse y cuestionar el “Orden” constituido de las cosas y su participación en ellas.
En particular su rol en el mundo, su mundo, sociedad, su familia y el papel que juega en esto; el abismo, que se abre ante sus ojos y bajo sus pies, es tan inmenso e incomprensible, en relación con las enseñanzas inculcadas desde la niñez, que el primer instinto es rechazarlas por descabelladas, acción que se espera ocurra.
La curiosidad es una malsana consejera,  la base de la pirámide está siendo educada convenientemente para actuar de acuerdo a los objetivos de los grupos dominantes, y esto es lo que hace, y para lo que está, debidamente educado y aleccionado, el ciudadano promedio.
Los Roschild europeos, a través de sus bancos se convierten en socios de los Rockefeller, los Morgan financiando y participando de la formación y consolidación de Los Estados de Norte América, como una Nación.
En el Renacimiento se consolidó, en las llamadas Ciudades Estado (Florencia, Venecia, Milán, Génova, Nápoles, grupos de personas, familias poderosas de esas ciudades que controlaban todo; Los Borgia, Medici, Colona, Sforza, fueron algunos de los apellidos más renombrados que quedaron en el registro histórico por su gran importancia y protagonismo.
Los famosos Medicci, a quienes se los llama “Padrinos del Renacimiento” fueron no sólo impulsores de las artes y las letras sino grandes comerciantes, hábiles banqueros de una visión extraordinaria.
Así que no es de extrañar el surgimiento de familias adineradas que supieron aprovechar la oportunidad, circunstancias políticas y sociales para convertirse en los controladores del mundo.
Si a estas asociaciones, lícitas o ilícitas, las encuadramos en la temática conspirativa, no puedo negar su existencia hasta nuestros días; Davos; Mildberg; FMI. BID. Grupos y más grupos que se reúnen a espaldas de los pueblos a decidir nuestro destino.
Entonces deberíamos aceptar que la razón fundamental de las conspiraciones es el ocultamiento o negación de la verdad a la “Opinión pública”.

El ocultamiento de la verdad los hace dueños de ella, otorgándoles ese poder absolutista y desmedido que,  los sabedores de esto, extienden a todo el quehacer social, situación que alimenta el descontento y genera rebeliones; motivo por el cual aumenta los niveles de ocultamiento, desinformación y acciones delictivas de las cuales se nutre la “Ficción”.

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