Ese
loco loco …
Lo que vendrá… Supuestamente
En
un país sistémico como Norteamérica, el poder se llevó un chasco que jamás se
perdonará; Donald Trump utilizó las mismas armas, pero mejor que sus opositores
y se llevó, contra los pronósticos mediáticos, el triunfo.
Nos
vendieron que es un mostruo, un “Mauricio Yanky” nosotros, sensibilizados
por nuestras pequeñas tragedias, fuimos víctimas propicias, para esa campaña de
desprestigio montada sobre su figura; ahora bien, si es así; ¿Cuál es la razón
de su triunfo?
Esto lo digo para mis compatriotas: No confundir Donald
Trump es un empresario que se hizo millonario a sí mismo, no es Mauricio, éste
exponente vernáculo, ni siquiera se le aproxima; en última instancia e hilando
con cuidado, Franco podría arrimar más que su heredero.
No obstante debemos reconocer que la campaña de
desprestigio desnudada hábilmente contra Hillary Clinton dejó al descubierto,
en el peor momento, una realidad irrefutable que terminó de asestar el golpe de
gracia a la figura femenina de la contienda.
Por otra parte mientras Hillary recibía aportes y
donaciones de corporaciones privadas para su campaña; más abultadas que
la de su adversario, quien recibió donaciones individuales, de los seguidores, como se estila allí; luego se autofinanció, por lo menos en una oportunidad, por 60 millones de
dólares. (Para el interesado en cifras más exactas se dispone de
ellas en las páginas oficiales)
Nos vendieron que era un misógino empedernido y el 62% de mujeres blancas, sin educación
universitaria, lo votó; se nos dijo enfáticamente del pensamiento retrogrado
contra los inmigrantes y la inmigración, sin embargo en todos los estados donde
ganó los hispanos se volcaron masivamente a darle su voto.
Las personas mayores de cuarenta y cinco años prefirieron en un 53 % votarlo a Trump,
aspecto que hablaría de un cierto crédito a la seguridad que les inspira su
política.
Atento a mi sentimientos antiimperialistas, que
trasuntan mis notas inequívocamente, debo reconocer que mi simpatía no es para
ninguno de los dos candidatos, dada mi condición de sudamericano se que: ¡Gane quien gane! en el país del norte,
sus políticas generalmente estarán alejadas de nuestros intereses, más cuando
tenemos en la administración de nuestro país, un pichón gavilán que actúa como
buitre.
Sin embargo a la hora de poner mi cuota de confianza en
el futuro apuesto a Donald Trump ya que tengo mis serias dudas sobre la campaña
mediática fabricada, ya que carece de historial político, intentaron vendernos
una intemperancia mediática, no resultó; los hechos expresados por los votantes
así me lo reafirman.
Mientras
que la historia política reciente de Hilary Clinton se sacó hábilmente en el
momento oportuno, para que aquellos que no lo supieran, pudieran conocer las
malévolas andanzas de Hillary; la Kissinger con faldas de la administración
Obama.
Paradójicamente, a lo que se supone, la administración
del primer presídete afroamericano en la historia de Norteamérica, fue la administración
que más guerras impulsó y fomentó en el mundo; como contrapartida la academia
sueca le otorga el Novel de la Paz.
En esa escalada guerrera del imperio se encuentra la
industria armamentista que financia campañas y espera resultados.
Trump, no le debe su éxito a ninguna corporación, se
pagó a sí mismo su campaña con algunas donaciones del interior, hacia el final,
veremos que hace con ese tremendo capital que deja sus manos libres para
manejar ambas las cámaras del senado; algunos presuponen que esto representa la
suma del poder, que ningún mandatario ha tenido en los últimos años.
América Latina no debe esperar nada diferente, por el
contrario las políticas Norteamericanas para su patio trasero, como se estipuló
en Yalta, son a largo plazo, el funcionario del despacho oval sólo debe
administrar, según las políticas establecidas.
Las pequeñas variantes circunstanciales, pueden deberse
al afán de nosotros mismos por sacarnos ese yugo de encima; como generalmente
ha sucedido en el pasado reciente, la presencia en
nuestro suelo de esos “Criollos que nos venden” de los cuales nos hablaba
Arturo Jaureche; Mauricio y su banda son de esa calaña, y ya en lo que lleva de
gobierno, han dado debidas muestras de lo que son capaces.
De
no mediar actitudes afines, en contrario a los intereses norteamericanos, no
creo que nada cambie, lo dejarán seguir jugando a gobernar, mientras siga
correctamente lo que se le indique.
Reitero,
no estoy totalmente convencido de que el discurso mediático de Trump fuera para
consumo general, creo que tenía un destinatario interno, que debía
desencriparlo, baya si lo hizo.
Los
giles, dentro y fuera de los Estados Unidos, compramos la propaganda mediática,
no comprendimos el “metamensaje” es, a mi modesto entender, lo único que me
permitiría tener una mayor comprensión de lo sucedido en este país plagado de contrasenjtidos.
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