Quizás
hoy no nos damos cuenta la enorme importancia que tiene, para nuestra especie,
la terminación de un viaje de nueve años a través del espacio de la sonda de
investigación “Nuevo Horizonte” para llegar al planeta más lejano de la tierra,
Plutón, dentro de nuestro sistema solar.
Nuestras
preocupaciones y responsabilidades cotidianas nos alejan y separan de estos
acontecimientos incongruentes, para nosotros mortales mediáticos, pero hay
entre nosotros unos irresponsables, e insatisfechos soñadores que siempre
encuentran un tiempo para mirar las estrellas y divagar.
Esas
“Divagaciones” nos permitieron llegar, y hoy la especie humana, poseedora de
aquellos atributos que siempre nos han destacado y posicionado como autodestructiva,
estúpida, intolerante … pero a la vez apasionada optimista y aventurera está
abriendo nuevos caminos para la supervivencia.
Esa
“supervivencia” que, por nuestra condición indulgente, omnipotente y obstinada,
no hemos sabido asegurar en nuestro mundo.
Ya
con más de 7 mil trecientos millones de personas sobre la tierra esta no podrá
soportar esa presencia.
Dicen
que, los que saben, que ya hace falta una guerra global para eliminar la tres
cuarta parte de la población mundial o una pandemia que regule este índice
demográfico.
Escuchar
o leer a quienes estudian el fenómeno demográfico mundial es pensar en
individuos “alarmistas” después recuerdo a nuestros abuelos que decían: (Cuando el río suena, … agua trae.) Y lo
pienso.
Unos
soñadores, hace nueve años, quisieron adentrarse en los oscuros confines del
universo para saber más sobre ese lejano, frío y misterioso cuerpo celeste; este
Planetoide, o planeta enano, que fue descubierto en 1930 inicialmente
identificado como el noveno Planeta, hoy se sabe que no lo es y fue revalorizado
en el 2006 como un Planetoide.
¿Qué
importancia tiene para nosotros, los de a píe, el viaje de este artilugio
tecnológico? Viaje que simplemente acercará la sonda a 12.500 kilómetros de la
superficie de Plutón, distancia suficiente para comenzar a enviar datos de sus
“Observaciones”, que ni el telescopio
Hubble pudo realizar dada su lejanía.
En lo inmediato, para el hombre de la calle, quizás ninguna
pero se espera que lo que aporte el estudio, más detallado, de las fronteras
distantes de nuestro universo conocido permitirán aventurar a la especie humana
un porvenir, que nos hemos vedado aquí.
Sé que usted está muy ocupado, con pagar el alquiler la
educación de sus hijos o el sueldo que no alcanza, pero le pido que piense por
un instante, sólo por un instante, más
allá.
Allí donde su imaginación lo lleve, imagine un mundo
superpoblado, con sus recursos renovables al borde de la extinción, con un
parque automotor que superó todo lo previsto, ya sabiendo que los alimentos no
alcanzaran para abastecer esa demanda, cada vez más creciente.
Una demanda que, salvo que ese camino o trayectoria cambie drásticamente,
nada se modificará y los males que aquejan al ser humano hoy sólo se
multiplicará.
Llegado a este punto de equilibrio, en el cual los agentes
involucrados deben tomar una decisión que incline la balanza en su beneficio o
de lo contrario será el final; la especie humana deberá optar.
La opción es irreversible, la búsqueda de un sutil paso hacia
las estrellas, es imprescindible, yo creo, como hombre de la calle que soy, que
desde nuestro lugar, sin dejar de lado nuestras prioridades, más urgentes bregar,
con las sencillas herramientas que el sistema no otorga, aunar criterios con
esos soñadores y abonar el sueño de sus sueños.
Así nuestra próxima y lejana realidad, quizás, podrá
convertirse en realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario