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jueves, 6 de diciembre de 2018

Popular… Populismo


¿Cuándo lo Popular, molesta?

Popular… Populismo

Lo convierten en “Populismo”, a los oídos del desprevenido, para así desarticular la fuerza de su mensaje, usted se preguntará, quizás, ¿Qué es el populismo? Intentaré explicarlo… Creo que es el mal uso que algunas personas o instituciones hacen de lo “Popular” y supongo que usted dirá y que corno es lo “Popular”.

Bueno, según yo lo entiendo usamos esta generalización para englobar en esta definición de popular toda aquella  acción socio-política que beneficie a los sectores más desprotegidos de la sociedad o al pueblo en su conjunto; por esta razón, la medida, ley, norma o conjunto de acciones, son aceptadas por un grupo mayoritario de la población.
Es indudable que, siempre que un sector se siente beneficiado por una medida, surge ese otro que sostiene que sus privilegios se ven amenazados, con una medida de este tipo; allí en la permanente lucha de clases, nace el rótulo que el colectivo social impone a estas acciones.
Acciones que surgieron en Indoamérica como respuesta, después de la gran depresión de los años 1929/30-50, secuela de la 1º Gran Guerra; estas acciones trataran de impedir o minimizar los efectos que ésta depresión producía en los sectores desprotegidos de la población.
Por esos años intentando reducir la influencia perniciosa de intereses extraños a nuestros propios pueblos se comenzó a vislumbrar un sentimiento Nacional y estatizante que ejerciera un control más directo de nuestra producción y economías como forma de ejercer una defensa contra las grandes burguesías históricas del continente.
Estas viejas burguesías, y las nacientes, surgidas de la nueva aurora industrial, se mimetizaron con sectores de la clase media, sector que intentaba ganar preponderancia sin perder privilegios.
Por entonces en ese contexto, de la pos-guerra surgió el Movimiento Nacional Justicialista, (MNJ) que a instancias de militantes Laboristas encumbraron al titular de la Secretaría de Trabajo del gobierno, de facto del general Edelmiro Farrel. (1944-1946)
Su vice-presidente, un ignoto general, a cargo de la secretaría de trabajo estaba haciendo un buen programa y comenzaba su carismática carreara ganandoce el corazón del pueblo desde 1946 en la carismática y emblemática figura de su creador, junto a otros dirigentes sindicales, como Cipriano Reyes, (Frigorifico Swift) desde las filas del Laborismo y encumbrando como líder indiscutido al Gral. Juan Domingo Perón.
Es en esa década de los cuarenta cuando lo Popular cobra vida en un movimiento abrazado por las clases productoras, los trabajadores, desclasados que no encajaban hasta entonces en una clase social definida, simplemente se sentían excluidos de la vida social política y económica del país, para ellos, ésta era su sensación, que en la realidad se traducía en ser la mano de obra de la producción en el país; cuyos resultados no se traducían sustancialmente a sus economías; percibían que eran excluidos del sistema.
Los políticos, que administraban los países de la América Indoamericana a espaldas del pueblo debieron atenerse a las consecuencias y hacerse acreedores a ver como se gestaba una rebelión contra los poderes mandantes; Augusto César Sandino en Nicaragua, 1927-1933; la serie y sucesivos levantamientos que se dieron en México en distintas épocas y momentos de los S. XIX y XX, encabezaron líderes carismáticos como Emiliano Zapata o “Pancho” Villa y en otro contexto, el levantamiento de comunidades indígenas de Chiapas con el “Comandante” Marcos” en busca mejorar la situación en la región más pobre del país.
En pleno siglo XX y en pleno surgimiento de esta tipificación para lo popular, sobre la que estoy hablando, se desarrolló 1959, la Revolución Cubana contra el estado títere de Fulgencio Batista, que había convertido a La habana y la Isla de Cuba en un Casino y coto de recreación para ricos y mafiosos norteamericanos.
Más próxima a nosotros se desarrolló la revolución Nicaragüense que tomaba las banderas de Sandino y se hacía conocida en los años sesenta y setenta como la “Revolusión Popular Sandinista” que derrocó a la dinastía Somosista; pro-norteamericana.
 Un conflicto puntual involucró a grupos indígenas Misquito de la costa Atlántica, me llevó a participar, a solicitud de E. Frites, presidente de la AIRA, para tratar de contribuir a encauzar negociaciones con el referente de la revolución, Daniel Ortega y resolver un conflicto de localización y territorialidad.
Reitero, lo popular molesta, a quienes se creen con derechos sobre la vida y la muerte de las personas, reniegan de aquellos que alzan su voz por sobre los demás y aúnan esfuerzos para conformar una fuerza opositora;  dispuesta a torcer sus objetivos, no vacilan en eliminar los obstáculos que,  estas voces, representan.
Intentaron por todos los medios y la mentira repetida hasta el hartazgo, desacreditar a Cristina Fernández de Kirchner; la justicia, su justicia, recientemente no les dio la razón y Cristina fue sobreseída; quizás lo demasiado evidente es comprometido y hay algunos que prefieren no involucrarse.
Los Subsidios de la administración Kirchner fueron algunas de esas medidas populares que beneficiaban a muchas personas de menores recursos; asimismo los subsidios por invalidez o discapacidad, además de ser una medida humanitaria que debería ser aceptada sin discusión;  el pago universal por hijo y los distintos subsidios de este tipo que la administración de Cristina Fernández aplicó en momentos de recesión.
Esta herramienta que el ejecutivo tiene y puede implementar, sin la consulta parlamentaria, obedeció a un plan muy bien pensado para movilizar la economía domestica, el consumo interno, ya que esos pequeños dineros que el Estado debió prorratear entre los distintos subsidios a aplicar, volvían a circular mediante el consumo, movilizando la economía.

Acciones o medidas populares, aceptadas por la gente a quién beneficia, molestan al poder por el simple hecho de cambiar el estigma de un pueblo empobrecido, triste y sin perspectivas de un futuro inmediato; por rostros sonrientes y con fe en sus semejantes.
Desnudar, el entramado de poder, la ruta del dinero o exponerlos al ojo crítico de la sociedad toda, a quién no quieren dar la cara, es exponerse a una réplica, aún cuando ellos, directamente nunca se ensucian las manos, tienen a su servicio voluntades compradas; dispuestos a favorecer a sus mandantes.
Recordemos siempre: Hay criollos que nos venden  al mejor postor aquellos que siempre viven de la teta de la vaca del Estado.
Tratemos, por todos los medios a nuestro alcance informar a las nuevas generaciones que; lo que le ocurrió a Martín Licata,  no puede repetirse; su perdida, irreparable, no debe ser olvidada.
Por lo menos, debemos intentar exponer esa cara oscura del poder financiero, para que a ellos no los engañen; como lo hicieron con nosotros después de la 2ª Guerra.
Ese deberá ser nuestro compromiso y consigna de ahora en más. 
De nosotros depende.                 

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