Una
dicotomía antojadiza
Cuando se habla de
Sociedad el lector sabe, o intuye, es el conjunto de seres humanos que
comparten un lugar de residencia, un mismo hábitat, ya sea urbano o rural y que
están unidos por una identidad cultural, en la cual se respeta la diversidad.
Sin
embargo la cosa no esta tan clara cuando hablamos del “Sistema”, sabemos, por
supuesto que este engloba al conjunto de la sociedad y aglutina todas las
diversas sociedades que habitan el mundo, ya que en algún momento se relacionan
entre sí, o sea es una idea práctica, una concepción conceptual, empírica y
global.
Una descripción interesante,
sesuda, pero sigue siendo, vaga,
ambigua, demasiado genérica, conformante.
Ahora
bien, si sobreentendemos que el sistema incorpora todas aquellas expresiones
humanas que nos son propias, ¿Que hace al sistema rechazar aquello que lo daña
o molesta?
¿Quién
es el responsable, si lo hay? De decidir que es dañino y que no.
Si
pretendemos explicar el comportamiento del sistema, del que somos parte o en el
que estamos inmersos, con un mayor o menor grado de sumisión, debemos
comprender primero ¿Cómo y quién lo alimentan, dan forma o son responsables de
su supervivencia?
Habremos
escuchado muchísimas veces del “… Poder en las sombras.” O aquello de quienes
gobiernan el mundo no son los que dicen ser.”
Muy
bien, generalmente esto es así, el poder económico cada vez se apoderado del
control del mundo y lo hace a través de quienes controlan el poder financiero y
sus propias fortunas personales.
Familias
Tradicionales Rockefeller, Roschild, o apellidos surgidos en estas etapas de
las comunicaciones y la globalización: Donald Trump, Bill Gates, George Soros,
el grupo Turner controlador de servicios de televisión, etc.
Ellos
se revisten con la obligación de preservar y hacer crecer sus propias fortunas,
participando en la elaboración de pautas tendientes a lograr el mayor beneficio
porcentual, y con ello proteger sus inversiones.
En
esa protección está impreso hacer lo posible para que las sociedades, el mundo
responda a sus propios intereses.
Esto
no quiere decir que estas personas sean malas es que sus acciones para
preservar su estilo de vida y acrecentar su patrimonio, no siempre son
respetables para el bien común; el principio menos común a tener en cuenta en
sus programas y proyectos.
Las
bases de estas respuesta social estará manejada, inducida, manipulada de la
forma en que usted piense que todo lo que hace es por su propia decisión y no
es influido por sofisticados mecanismos o persona alguna.
No
estoy hablando de “Conspiraciones” éste es el funcionamiento del “Sistema”
por el cual se dice que: “... Basta que los supuestos, buenos y
decentes, no hagan nada para que, los supuestos malos, triunfen…”
Ellos
son quienes controlan el hacer del mundo. En otra época antigua fueron los
generales, con tropas y fortunas para pagarlas, detrás quienes controlaban el
mundo; después, del Siglo V al XVI la iglesia, ejerció el poder y la corrupción
sobre el mundo, hasta la era moderna, en la que el mundo se disfrazó de
“Democrático”.
Después
el “Conocimiento”, que es una forma en que se manifiesta el poder, se apoderó
del mundo, se debieron desarrollar dos grandes guerras y mantener una guerra
aparente (Guerra Fría) que culminara con la disolución de la U.R.S.S. y el
surgimiento de la “Inteligencia artificial, la informática y la Red de Redes” y
la “Globalización”.
En
este mundo Globalizado y pequeño, nos enteramos al instante que sucede al otro
lado del mundo, cuando hace 20 años tardábamos meses para saberlo, esto nos
hace partícipes de ello, la noticia interacciona con nosotros y nosotros con
ella, esto es utilizado por quienes están interesados en manejar las corrientes
de opinión.
Algunos
se pasan la vida tratando de sacudirse, de la suya, la ardua tarea de revelarse
a las pautas del sistema, quienes lo logran suelen ser los desclasados, excluidos, los renegados.
Muchos
de ellos quedaron en nuestra memoria en la década de los sesenta en lo que se
dio en llamar el “Movimiento hippie” un acto juvenil de contracultura y rechazo
de las pautas establecidas por el materialismo consumista occidental.
En
este comportamiento social, en este sistema globalizado, será una desafiante
Utopía la búsqueda de una conciencia con nuestras raíces y derechos
ancestrales, ya que la consolidación de estos conlleva un mayor deterioro de
los desposeídos.
A mayor riqueza para unos pocos …
Mayor carestía para muchos.
Ante
esta perspectiva de un mundo hostil, consumista, mercantilista, depredador de
los recursos naturales y del deterioro de la “Madre tierra”; mundo y reglas de
juego que les han impuesto, intentando su masificación, los indígenas hoy son
una porción de los marginados y desposeídos del sistema.