Cada
cual en su rol.
Así
lo establece la Constitución Nacional
Este
tema se ha abordado hasta el cansancio en nuestras páginas.
Indudablemente,
como se desprende de la realidad presente, nuestra posición, no genera acciones
en contrario.
El
uso antojadizo de las fuerzas, creadas para tareas específicas, Gendarmería,
Prefectura Naval, como paliativo para las falencias en la gran ciudad de Buenos
Aires haciendo de policía urbana y actuando en ciertas situaciones contra
quienes les pagan su sueldo.
Un país que ha sufrido las
consecuencias de una indebida utilización de sus fuerzas armadas contra su
población, debería haber capitalizado esta experiencia nefasta para no volver a
cometer nuevamente errores de este tipo.
Generalmente
quién adopta la decisión de incorporarse
a una fuerza se encuentra impulsado por vocación o necesidad.
Cualquiera de los dos factores impulsen
la incorporación de los efectivos es importante que, el aprendizaje,
entrenamiento que lo preparan para cumplir con idoneidad su tarea, dentro de un
área específica, no se vean defraudados.
Cada Arma está preparada para el rol
que la define en el contexto institucional así: La Marina Argentina, (A.R.A) tiene la función específica de controlar
y defender la soberanía de nuestro mar continental país desde su presencia en
los mares.
Gendarmería Nacional (G.N.A) fue creada el 28 de julio de
1938 con la finalidad específica de “… consolidar los límites internacionales y
garantizar la seguridad de la población de regiones alejadas, como resguardo fronterizo.”La Prefectura Naval Argentina (P.N.A) es
una fuerza de seguridad de manera exclusiva encargada del contralor, seguridad
y protección de las aguas y vías navegables interiores y del mar Argentino,
(Plataforma Continental) de nuestro país.
Es similar, su desempeño de funciones
en otros países, de “La Guardia Costera”, como
gendarmería policial y auxiliar de la justicia las vías navegables
interiores y áreas costeras.
La
Policía Federal Argentina (P.F.A.) es la principal “fuerza de seguridad interior”
o urbana del país, creada el 24 de Diciembre de 1943 sobre las bases y
estructura de la antigua policía de la Capital Federal, (funcionó como tal, hasta 1889) actual Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, que mediante la llamada Ley Nº 24.588 conocida por “Ley
Cafiero” pone esa estructura al servicio Federal, reajustando y readaptando su
estructura organizativa, contando con delegaciones en cada Estado provincial o
ciudad importante del interior.
La Policía
de la Provincia de Buenos Aires (P.B.A), La Bonaerense, con 57.000
efectivos, (Diciembre
de 2011) es la fuerza más numerosa del país, fue creada para velar
por la seguridad pública en la provincia de Buenos Aires; Estado provincial que
ejerce mucha influencia sobre las políticas nacionales, debido a la
organización política de nuestro territorio.
La Ley Nacional de Seguridad Interior norma y reglamenta sus funcionamientos.
La Ley Nacional de Seguridad Interior norma y reglamenta sus funcionamientos.
La ciudad Autónoma de Buenos Aires, (ex
Capital Federal) donde funcionan la sede administrativa y política del Gobierno
Nacional, se halla dentro del territorio de la Provincia de Buenos Aires motivo
por el cual ambas fuerzas actuaron en forma mancomunada en infinidad de
oportunidades y fueron responsables de actos reprochables cuando ambas
instituciones fueron militarizadas en los años negros del Proceso de
Reorganización Nacional 1976-1983; golpe Cívico-militar recordado como “El
Proceso”, lo expuesto es de público conocimiento y no merece más que esta
mención al sólo efecto de fundamentar nuestra negativa a utilizar las fuerzas
armadas para solucionar problemas de “Inseguridad pública” que la clase
dirigente debiera afrontar e intentar resolver con las armas sociales, legales
e institucionales que la Constitución Nacional pone a su servicio.
No es haciendo uso irrestricto de las
fuerzas conjuntas disponibles que se afrontará la falta de seguridad pública.
Como vimos la provincia de Buenos Aires
tiene efectivos suficientes, capacitados como para afrontar con efectividad su
rol y, como lo hacen permanentemente, actuar conjuntamente con efectivos de la (PFA) en ámbitos donde las competencias
o requerimientos lo ameriten.
Si bien se ha utilizado en desmedro de
la fuerza su participación compulsiva en la sonada cívico-militar del 76 ya existía
una imagen muy deteriorada de la policía de Buenos Aires de antigua data, por
haber sido desde siempre el brazo armado de los políticos de turno, caudillos
que supo acunar la política en estas latitudes y no faltan relatos o historias
del comportamiento de esta fuerza en la literatura argentina.
Si bien está demostrado, por quienes
investigaron, denunciaron y llevaron ante la justicia, hechos en los que efectivos
de la fuerza participaron de actos delictivos u aberrantes contra la población
civil.
No es cierto, que no se pueda
generalizar, ni manchar a toda la institución por el comportamiento de algunos
efectivos; ya que, dado los sucesos ocurridos y la historia reciente de nuestro
país, Sí se enlodó a la institución
ante los ojos de una sociedad castigada y descreída.
Perdió respeto, credibilidad, su efectividad
es puesta en duda en cada acto en el que participa; la ciudadanía observa con
reservas y dudas el accionar de sus efectivos, y suele cuestionarlos en cada
oportunidad, este comportamiento no puede reprochársele.
El ciudadano informado sabe, dónde
deben buscarse los responsables, no es
la Institución policial culpable del estado actual de la inseguridad creciente,
la ciudadanía lo sabe.
Como contrapartida, vemos como los
políticos siguen ajenos a la vida misma, aquella que le duele a la gente, que
sufre las consecuencias de su ceguera y sordera manifiesta.
La Ley Nacional de Seguridad Interior establece como actuar politicamente,en un estado de derecho, pero no lo es todo
La Ley Nacional de Seguridad Interior establece como actuar politicamente,en un estado de derecho, pero no lo es todo
Quiero creer, todavía creo en la gente
y su buen criterio, que el momento no llegó, la ciudadanía ya manifestó cierto descontento pero está esperando
el mejor momento para hacer escuchar su voz, un momento, que siempre llega.